Las primeras salinas en Cádiz las realizaron los fenicios, a través de su intervención en las marismas gaditanas.

Los fenicios controlaron, con ello, el comercio de la sal a lo largo y ancho del Mediterráneo e instalaron en toda la costa factorías de salazones, siendo posteriormente, los romanos quienes aprovecharían lo creado para la explotación de la industria del pescado en salazón.

Las salinas de Cádiz se extienden por San Fernando, Chiclana, Puerto Real y hasta el Puerto de Santa María, ello quiere decir la superficie provincial que engloba el Parque Natural de la Bahía de Cádiz. En estos emplazamientos aún quedan algunas salinas tradicionales, que consiguen extraer del agua salada el mineral con técnicas artesanales. Es posible realizar visitas guiadas para conocer la actividad, formar parte de la ejecución del despeque y disfrutar de degustaciones en los esteros.

En Chiclana

En Chiclana de la Frontera, el restaurante Manguita –que posee una salina propia- organiza despeques. El municipio también ofrece visitas guiadas a sus salinas naturales, su museo de la sal y la casa salinera.

El “despeque” es fundamentalmente la extracción a mano del pescado que hay en los esteros, que son vaciados cada año al acabar la época de lluvias; en el otoño.

San Fernando de Cádiz, La Isla, como se conoce al municipio, se encuentra rodeado del Parque Natural de la Bahía y presume de un maravilloso paisaje de marismas y salinas.

Una de las pocas salinas artesanales que quedan es la Salina de San Vicente, en la que se consigue la tan preciada “Flor de la Sal” que antaño fuera un incentivo para los trabajadores de estas explotaciones, ya que se les entregaba como complemento al salario, y que en nuestros días tan de moda está, comercializada a través de diferentes marcas y en su formato mas conocido, como es la sal en escama. La Flor de la Sal nace como resultado de los primeros efectos de su propia concentración, cristales flotantes en formas de finísimas placas que salen tras la evaporación.

San Fernando, La Isla

En San Fernando, además de ser la cuna del cantaor flamenco, Camarón de la Isla, encontramos algunas opciones muy interesante, en cuanto a rutas y degustaciones. La Salina de los Tres amigos, por el Río Arillo y su laberinto de caños. Sendero de Dolores, que permite el disfrute de un área natural dentro del parque natural. Y el Sendero de la Punta del Boquerón, por la playa de Camposoto y su barra de arena.

En Sanlúcar

Más a al sur, en Sanlúcar de Barrameda, seguimos el Guadalquivir y profundizamos en el maravilloso entorno del Parque Natural de Doñana, que nos regala un extraordinario paisaje de sistemas dunares, extensos bosques de pinos y la blancura infinita de las Salinas de Bonanza, dentro del Coto de Doñana.

En Sanlúcar podemos darnos algunas recompensas para el relajo, tras las rutas que realicemos, como degustar su preciado Barbadillo, visitar la Taberna de Guerrita, comernos una ricas cigalas en el Bajo de Guía y la conocida Casa Bigote, tomar algún guiso marinero y arroz marinero en el Mirador de Doñana, para después sentarnos a la buena sombra gaditana y disfrutar del paisaje natural que Cádiz posee a lo largo y ancho de su provincia, y que alcanza una de sus máximas expresiones en la bella localidad de Sanlúcar.

Salina de Prado de Rey

Tal vez nadie pueda imaginar que el interior de Cádiz tiene su propia salina. Se encuentra en el municipio de Prado del Rey y se trata de las Salinas Romanas de Iptuci.

Iptuci

Se trata de las últimas salinas de interior que siguen activas en toda Andalucía. Según se ha podido documentar, la actividad de las Salinas de Iptuci data del siglo XIV. Las Salinas de Hortales fueron de los fenicios y consiguieron –como decíamos al principio- su mayor gloria en época romana. Las Salinas de Iptuci son visitables.

Salinas de Andalucía

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha editado el libro Salinas de Andalucía. Dentro de la publicación encsontramos trabajos inéditos sobre estos hábitats que albergan gran cantidad de especies y se configuran como entornos generadores de riqueza; tanto económica como turístico y social.

Salinas de Andalucía, está elaborado por 56 autores en coordinación por la Universidad de Cádiz, y compila datos y fotografías en una cuidada presentación.
En el libro se recogen algunas alternativas de futuro: acuicultura de estero, ecoturismo, educación ambiental y/o sal artesanal.
También recupera nombres y testimonios, y un estudio pionero sobre la presencia de 60 especies de peces en ellas.

Total de salinas en Andalucía

De las 186 salinas –el total de las existentes en Andalucía– un total de 101 son litorales y 85 interiores, éstas últimas las grandes desconocidas. La explotación de sal en nuestra comunidad–básicamente marina- produce 420.000 toneladas/año que supone el 30% de la sal obtenida en España. Y llegan principalmente –y por orden de importancia- desde Huelva, Cádiz y Almería.

En la actualidad existen más de 14.000 aplicaciones de la sal común; según el libro, el 20% de la producida en Andalucía es para uso doméstico, el 36% industrial y el resto (44%) se exporta a los países de la Unión Europea.

Proyecto SAL – Salinas Atlánticas

La Unión Europea ha aprobado un proyecto de la Consejería de Medio Ambiente denominado ‘Revalorización de la identidad de las salinas del Atlántico. Recuperación y promoción del potencial biológico, económico y cultural de las zonas húmedas costeras‘, en el marco de la iniciativa comunitaria Interreg III, Espacio Atlántico 2000-2006. Dicho proyecto, en el que la Universidad de Cádiz es jefe de fila y coordinadora, contará con un presupuesto de 5,5 millones de euros, participando junto a la Consejería (primer socio) un total de 30 socios europeos de Francia, Portugal y Reino Unido.

La iniciativa propone también programas piloto, acciones experimentales que en el caso de la provincia de Cádiz se centrarían en la salina de La Esperanza, en el término de Puerto Real, que tienen previsto su inicio antes de final de año. 


El proyecto SAL (Salinas Atlánticas) trabajará en la rehabilitación de estas zonas húmedas y la preservación de su gran diversidad, además de estudiar una serie de ideas novedosas. Entre ellas, la transmisión del ‘saber hacer’ tradicional de los salineros de más edad a las nuevas generaciones, la puesta en valor turístico de las salinas tradicionales del arco atlántico propiciando la creación de una ruta de la sal artesanal, además de fomentar en estos humedales producciones alternativas, como la de una microalga (Dunaliella Salina) que permite obtener un producto muy demandado comercialmente, el b-caroteno natural.

Agradecimientos a Consejería de Medio Ambiente – Andaluciajunta.es