Los Piratas de Trafalgar

Caños de Meca y el Cabo de Trafalgar, en Cádiz, como sucede en otras partes de la costa gaditana, encierran multitud de historias sobre invasiones piratas.

Invasiones berberiscas causaban el terror de los pobladores

Los piratas eran muy temidos en aquella época dificil para la población, que debían permanecer alerta por la probable invasión de sus tierras. Las torres vigias y Atalayas -que en todo este tramo de costa albergaban a los vigías- servían para alertar a las gentes, ante cualquier peligro.

Parece ser que la torre vigía del Faro de Trafalgar poseía unos conductos que bajaban hasta el mar, sobre el arrecife. Se utilizaban como defensa ante cualquier invasión o intento de subir a la atalaya sin el permiso del vigía. Ante ocasiones de peligro se arrojaba grasa hirviendo, que anulaba hasta la más fuerte de las voluntades de subir a la torre.

En aquellos tiempos la supervivencia y defensa de los bienes marcaba una rutina diaria. Los Caños de Meca y Zahora como zonas de regadío y los pobladores de la comarca acudían a realizar trabajos agrícolas y recogida de cosechas, para volver después a las casas; normalmente al pueblo de Vejer de la Frontera, que se encontraba -y aún hoy continúa- amurallado.

Después de cinco siglos de dominio musulmán, la comarca era conquistada definitivamente por Alfonso X y sus tropas cristianas, aunque hasta avanzado el siglo XVIII toda la costa fue asaltada continuamente por piratas berberiscos.

Estos hechos propiciaron que la poblacion creciese muy lentamente y permenciese como aldea que dependía de Vejer (en la actualidad hermanada con Chaouen, Marruecos), hasta 1947 que pasó a ser población bajo el nombre de Barbate de Franco , nombre ya desaparecido.